Incendio por extorsión en Ciudad Juárez revela inacción del gobierno de Pérez Cuéllar.

Una vez más, Ciudad Juárez arde, literal y simbólicamente, bajo la mirada ausente del gobierno municipal encabezado por Cruz Pérez Cuéllar. El pasado 12 de mayo un incendio fue provocado consumiendo al menos cinco tiendas en las calles globo y Amado Nervo.

De acuerdo con los primeros reportes, el siniestro habría sido resultado de una extorsión, una más en la larga lista que comerciantes juarenses enfrentan a diario. Tras negarse a pagar una “cuota”, el propietario de un pequeño local de ropa fue atacado. Las llamas no solo destruyeron su sustento, sino que se extendieron a otros establecimientos, reduciendo a cenizas una tienda de electrodomésticos, una de bicicletas y varios comercios más. Las pérdidas materiales son totales, pero lo más grave es la desprotección a la que se enfrentan los ciudadanos.

Casualmente la cámara del sistema de videovigilancia Centinela —presumido por el alcalde como un gran avance tecnológico— fue también alcanzada por el fuego, lo que obstaculiza gravemente la recolección de pruebas.

Una víctima relató que había sido amenazada días antes del ataque. Advirtió a las autoridades y, aun así, nada se hizo. El resultado: un hombre con quemaduras, negocios perdidos, familias afectadas, y una ciudad que sigue siendo rehén del crimen.

Este no es un hecho aislado, es el resultado directo de un gobierno incompetente y negligente. Cruz Pérez Cuéllar ha sido incapaz de frenar la violencia, ha permitido que el crimen organizado opere con total impunidad, y ha dejado a los ciudadanos a su suerte. Mientras él se pasea en eventos y presume resultados inexistentes, Juárez se incendia —literalmente— por su falta de acción. Este alcalde no gobierna, abandona; no protege, expone; no enfrenta al crimen, lo permite. Su administración es un fracaso rotundo y los juarenses están pagando el precio.